Es curioso, pero la primera vez que escuché este título no se me ocurrió que la temática del libro fuera de vampiros; quien sabe, a lo mejor es porque tengo una mente demasiado sucia. En cualquier caso, agradezco muchísimo que mi muy estimado Sr. Magus nos haga una breve introducción a esta obra que, según me comentan, es una de las mejores novelas vampíricas de la época. A ver si es verdad.
DÉJAME ENTRAR
Coincidiendo con el reciente estreno
(17 de abril) de la película “Déjame entrar”, quisiera realizar un breve esbozo no tanto sobre la película, sino sobre la novela en que se basa, un relato de terror del autor sueco John Ajvide Lindqvist (Blackeberg, 1968).
Desde sus inicios en el siglo XVIII, la figura del vampiro literario ha sufrido diversas modificaciones y alteraciones, desde los monstruos folklóricos de los relatos populares, Carmilla, Drácula, Louis y Lestat, Richard Barlow. etc. Hoy, a comienzos del siglo XXI el vampirismo literario goza de buena salud, extendido a otros géneros aparte del terror, si bien acusa los efectos de un éxito desmedido y sobresaturación.
“Déjame entrar” (2005, publicado en España en 2008 en la editorial Espasa Calpe) disfruta de los elementos clásicos del género de terror, pero sin abandonar la esencia clásica del vampiro al mismo tiempo realiza una revisión actual y ofrece varios elementos que posiblemente la conviertan en uno de los mejores ejemplos de novela de vampiros del siglo XXI y quizás con el tiempo se convierta en un elemento de referencia dentro del género.
Como ha ocurrido previamente, en “Déjame entrar” la figura del vampiro es revisada y reactualizada. La acción se sitúa a Blackeberg, un pequeño suburbio residencial de la ciudad de Estocolmo en 1981. Este escenario relativamente moderno y próximo es similar al que presenta Stephen King en su novela “El misterio de Salem´s Lot”, o incluso remontándonos atrás en el tiempo esboza la misma sensación de proximidad y verosimilitud que “Drácula” en la época en la que fue escrita. Esta proximidad se ve fortalecida por la aparición de elementos cotidianos, marcas de productos y detalles que sin duda el propio autor recuerda de su infancia en el lugar.
El protagonista de la novela es Oskar Eriksson, un niño de doce años que vive en Blackeberg con su madre. Es un niño solitario que en el colegio se ve acosado por sus compañeros y aislado, lo que le provoca una sensación de angustia y temor. El tema del acoso escolar está presente a lo largo de la novela, que describe como Oskar trata de enfrentarse a sus miedos interiores y vencerse a sí mismo. En esta guerra interior Oskar contará con la ayuda de su vecina, Eli, una enigmática niña de extraño olor, aspecto descuidado y que no siente frío. Ambos se convierten en amigos y encuentran un alivio a su mutua soledad. Los temas del acoso escolar y la relación entre los dos niños constituyen la principal historia de la película.
Sin embargo, un aspecto que sólo apenas es insinuado en la película y que constituye otro de los elementos centrales de la novela de “Déjame entrar” es la trasgresión sexual, uno de los elementos que definen la figura del vampiro. Eli es un vampiro de doscientos años de edad, que fue convertido como parte de un juego cruel, y que desde entonces se ha dedicado a vagar por Suecia, dejando un rastro de muertes a su paso. Para conseguir víctimas, Eli ha seducido a Hakan, un pederasta, y utiliza la perversa atracción que el adulto siente por su aspecto infantil para que le traiga sangre. Hakan comete varios asesinatos, pero cuando es detenido por la policía, Eli se ve obligada a deshacerse de él y a cazar sola.
Frente a estas dos historias principales giran otras historias secundarias, como la de Virginia y Lacke, la empleada de un supermercado y un alcohólico en paro, que mantienen una peculiar historia de amor hasta que su camino se cruza con Eli; Tommy, un adolescente vecino de Oskar que se dedica a realizar robos en el vecindario y que debe enfrentarse al hecho de que su madre quiere casarse con un policía; Jonny, el matón de la escuela que disfruta atormentando a Oskar con sus compañeros. Muchas de estas historias pasan ligeramente desapercibidas en la película, pero no obstante, crean una serie de pequeños escenarios cotidianos que se ven interrumpidos de forma brusca cuando el monstruo que se oculta bajo la apariencia infantil de Eli irrumpe en sus vidas.
Frente a los paisajes de “normalidad” presentados por el autor se presenta una realidad mucho más siniestra y sórdida que deja paso al terror, bajo la forma real de asesinatos en serie, pederastia, y violencia y las depredaciones sobrenaturales de un monstruo que necesita sangre para alimentarse y apaciguar así su sufrimiento interno. El vampirismo es presentado como una especie de infección, una enfermedad producida por una especie de tumor con vida propia y que utiliza a su anfitrión como fachada tras la que ocultarse y como herramienta de la que obtener su sustento, permitiéndole desarrollar colmillos, garras y alas de murciélago. Asimismo, como ocurre en el folklore occidental, el vampiro no puede entrar en un hogar sin que lo invite su propietario (es este mito lo que da nombre a la novela).
En definitiva, en “Déjame entrar” se encuentra toda una nueva joya de las novelas de vampiros, y quizás dentro de varios años seguirá dando que hablar. La decisión, como siempre, queda en vuestras manos.

Desde sus inicios en el siglo XVIII, la figura del vampiro literario ha sufrido diversas modificaciones y alteraciones, desde los monstruos folklóricos de los relatos populares, Carmilla, Drácula, Louis y Lestat, Richard Barlow. etc. Hoy, a comienzos del siglo XXI el vampirismo literario goza de buena salud, extendido a otros géneros aparte del terror, si bien acusa los efectos de un éxito desmedido y sobresaturación.
“Déjame entrar” (2005, publicado en España en 2008 en la editorial Espasa Calpe) disfruta de los elementos clásicos del género de terror, pero sin abandonar la esencia clásica del vampiro al mismo tiempo realiza una revisión actual y ofrece varios elementos que posiblemente la conviertan en uno de los mejores ejemplos de novela de vampiros del siglo XXI y quizás con el tiempo se convierta en un elemento de referencia dentro del género.
Como ha ocurrido previamente, en “Déjame entrar” la figura del vampiro es revisada y reactualizada. La acción se sitúa a Blackeberg, un pequeño suburbio residencial de la ciudad de Estocolmo en 1981. Este escenario relativamente moderno y próximo es similar al que presenta Stephen King en su novela “El misterio de Salem´s Lot”, o incluso remontándonos atrás en el tiempo esboza la misma sensación de proximidad y verosimilitud que “Drácula” en la época en la que fue escrita. Esta proximidad se ve fortalecida por la aparición de elementos cotidianos, marcas de productos y detalles que sin duda el propio autor recuerda de su infancia en el lugar.
El protagonista de la novela es Oskar Eriksson, un niño de doce años que vive en Blackeberg con su madre. Es un niño solitario que en el colegio se ve acosado por sus compañeros y aislado, lo que le provoca una sensación de angustia y temor. El tema del acoso escolar está presente a lo largo de la novela, que describe como Oskar trata de enfrentarse a sus miedos interiores y vencerse a sí mismo. En esta guerra interior Oskar contará con la ayuda de su vecina, Eli, una enigmática niña de extraño olor, aspecto descuidado y que no siente frío. Ambos se convierten en amigos y encuentran un alivio a su mutua soledad. Los temas del acoso escolar y la relación entre los dos niños constituyen la principal historia de la película.

Frente a estas dos historias principales giran otras historias secundarias, como la de Virginia y Lacke, la empleada de un supermercado y un alcohólico en paro, que mantienen una peculiar historia de amor hasta que su camino se cruza con Eli; Tommy, un adolescente vecino de Oskar que se dedica a realizar robos en el vecindario y que debe enfrentarse al hecho de que su madre quiere casarse con un policía; Jonny, el matón de la escuela que disfruta atormentando a Oskar con sus compañeros. Muchas de estas historias pasan ligeramente desapercibidas en la película, pero no obstante, crean una serie de pequeños escenarios cotidianos que se ven interrumpidos de forma brusca cuando el monstruo que se oculta bajo la apariencia infantil de Eli irrumpe en sus vidas.
Frente a los paisajes de “normalidad” presentados por el autor se presenta una realidad mucho más siniestra y sórdida que deja paso al terror, bajo la forma real de asesinatos en serie, pederastia, y violencia y las depredaciones sobrenaturales de un monstruo que necesita sangre para alimentarse y apaciguar así su sufrimiento interno. El vampirismo es presentado como una especie de infección, una enfermedad producida por una especie de tumor con vida propia y que utiliza a su anfitrión como fachada tras la que ocultarse y como herramienta de la que obtener su sustento, permitiéndole desarrollar colmillos, garras y alas de murciélago. Asimismo, como ocurre en el folklore occidental, el vampiro no puede entrar en un hogar sin que lo invite su propietario (es este mito lo que da nombre a la novela).
En definitiva, en “Déjame entrar” se encuentra toda una nueva joya de las novelas de vampiros, y quizás dentro de varios años seguirá dando que hablar. La decisión, como siempre, queda en vuestras manos.
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